Tras varias semanas de inactividad, he podido jugar una
partida a donjon. Ha sido una campaña corta, de seis sesiones, y ha sido la
primera vez que he masteado ese juego. Ni siquiera había jugado antes. Cuando
lo compré ya me decidiste en halagos ante él, sin embargo hay partes de un
juego que no se pueden ver salvo jugando al él, y eso es de lo que voy hablar
hoy.
Cuando me leí el juego sólo pude pensar cosas buenas del él. Desde
luego es un gran juego y está muy bien escrita, sin embargo, no es tan fácil
llevarlo bien a la práctica. No quiero que nadie piense que ahora que lo probado
no me gusta el juego. Donjon es brutal. Es una gran innovación, jugable, y muy
divertida. Sin embargo, precisamente por ser algo tan distinto los cabos
acostumbrados es quizás por lo que me han costado más entender la forma de
mastear.
Narrar en Donjon es, ciertamente, muy divertido pero hay que
ser consciente de que no se parece en nada a lo que estamos acostumbrados. Donjon
tiene otros ritmos, otra historia, y otra manera de hacer las cosas. Si como
master te enfrentas a él de la misma manera que otros juegos de fantasía
clásica: preparando que una historia, unos lugares y unos enemigos; no vas a
tener un gran éxito.
En este juego, gracias a la capacidad para de los jugadores de
interrumpir la narración ahí una gran cantidad de distracciones, giros de guion,
y nuevos lugares que ralentizan la historia cuando no la cambian por completo.
En mi caso, me preparé una historia sobre una guerra eterna
entre magos y liches. Mi campaña, debido a la logística de la mesa, estaba
restringida a seis sesiones. Al final no me dio tiempo narrar la mitad de las
cosas, y eso que se me suele dar bien controlar los tiempos, el motivo es
simplemente la gran cantidad de distracciones que te impiden narrar de la
manera tradicional y la lentitud del combate. Como los jugadores no narren y lo
hagan imaginativo el combate puede hacerse muy lento.
Tras probar el juego en mesa me he percatado de lo mucho que
difiere la narración de donjon de la narración en cualquier otro juego
tradicional. Debes ser consciente de esto si quieres preparar una campaña
exitosa. Como jugador la cosa también cambia, aunque no lo he vivido en mis
carnes pero podido comprobar en mis compañeros de mesa la curva de aprendizaje
que tiene el juego. Cuesta mucho habituarse a que puedes alterar la historia y
narrar algo de tu propia cosecha. Esa es un arma muy poderosa en donjon y que
cuesta mucho aprender a usar.
Resumiendo creo que lo que se ha dicho hace un año es justo.
Es un gran juego aún que quizás los combates sean algo lentos y la curva de
aprendizaje algo pronunciada, pero merece mucho la pena.
¡Que rueden los dados!
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