Hacía tiempo que quería hablar de Changeling, el Ensueño.
Este antiguo juego del Mundo de Tinieblas es uno de los grandes hitos de la
fantasía moderna. Nos embarcamos en el contexto del universo gótico del Mundo
de Tinieblas con toda su tristeza oscuridad y villanía, pero dentro de este
plan encontramos un oasis de color, magia y afecto. Hablamos del reino de las
hadas.
Este juego trata de un tipo especial de hada, un Changeling,
un alma feérica enclaustrada en un cuerpo humano. Es un antiguo ritual que se
usó para proteger las almas de las hadas de la banalidad imperante en el mundo.
Un modo de protegerse y ocultarse. Técnicamente los Changelings no son hadas, son un híbrido con alma feérica.
Como casi todos los juegos ambientados en este universo la
historia de Changeling y comienza en un estado paradisíaco que va mermando
paulatinamente hasta llegar a la edad oscura, y a partir de ahí degenera hasta
convertirse en la aberración ni gótico-punk que es la ambientación en el
presente. El universo juega mucho con el contraste entre fantasía y banalidad
que se da en el mundo real. Es un juego que trata de recuperar la magia perdida
de nuestra juventud que fue apresada por una oligarquía de creadores de mitos.
Trata de devolvernos el control sobre nuestra imaginación, trata sobre la
fantasía más clásica, es, en definitiva, un juego sobre autoconocimiento,
superación, e imaginación.
Desde que conocí este juego por primera vez hará ya casi 10
años, ha sido mi favorito. Es un juego magnífico, bellamente redactado y muy
inspirado. Poseo casi todos los suplementos que han sido editados en castellano
y los he leído todos aportan un tránsito más del ambientación del mundo y en
general la calidad es sublime.
En este juego los jugadores controlan a un ser entre la
humanidad y las hadas. Tendrá que cultivar tanto su vertiente soñadora como su
aspecto mortal de modo que debes vivir en el mundo real pero usando su
imaginación. Los Changelings, a la vez el mundo real y el mundo del ensueño,
tienen existencia en ambos, de modo que sendas vertientes de su alma deben ser
compartidas y desarrolladas.
El juego es tremendamente complejo tanto de narrar cómo
interpretar es quizá por eso por lo que sólo he podido jugar una partida y
narrar tres, desde que conozco el juego. Se hace difícil encontrar jugadores
con la madurez y el interés suficiente como para llevar a cabo una campaña de Changeling.
Me recuerda en ese aspecto a otro juego de mundo de tinieblas: Wraith el
olvido. Aunque no están incurable como este último si que comparte con él
ciertos rasgos.
Para mí, Changeling siempre ha sido un juego sobre autodestrucción
y horror personal. Vives en una fantasía que sabes que va a terminar, sabes el
mundo real te destruirá, con sus problemas, su ambiente gris, sus facturas, su
banalidad... El mundo real termina matando al alma del soñador, erosiona y
destruye todas las fantasías, pero aún así los Changeling y siguen luchando y
seguirán hasta la llegada del otoño.
Este juego me trasmite mucho más madurez y, creo que,
permite mucho más interpretación que el tan famoso Vampiro la Mascarada. Lo
considero mucho más maduro por qué habla en clave de fantasía sobre la vida
real, no es una simple analogía sobre nuestra bestia interior tan simplona que
podría haber sido redactada por cualquier guionista aburrido, es toda una
elegía por un estilo de vida muerta, todo un canto fúnebre a la juventud y a
los sueños que dejamos atrás. En este juego narramos campañas que hemos vivido
en el mundo real, volvemos a ver lo que ya veíamos antes de ser oficinistas,
contables, hipotecados...
Este juego tiene un enorme componente nostálgico, mucho más
que cualquier retroclón. Controlamos un personaje condenado a caer. Destinado a
olvidar y a ser engullido por la banalidad, pero que aún se resiste. Nos
manejamos a nosotros en nuestra juventud, en nuestro momento de esplendor antes
de las responsabilidades y la rutina aplastaran nuestros sueños.
Y es un juego narrativo sobre el ensueño. Sobre la inocencia
perdida, sobre el cinismo de los adultos y sobre un mundo invisible de fantasía
que existe parejo nuestra realidad. Es, sin duda, un contrapunto interesante al
resto del Mundo de Tinieblas. Aunque el ambiente encaja bien en este, es
difícilmente combinable con los otros juegos.
El sistema exactamente el mismo que el resto de la línea. Ya
me he manifestado en contra de este sistema varias veces y no creo necesario
repetirlo. Es un sistema lento, desequilibrado, y donde hay muchísimas tiradas
que no lleva a nada. Sin embargo, puede ser un buen sistema si se usa de la
manera adecuada y esta es, no usarlo. El sistema narrativo estaba pensado para
ser usado lo menos posible, para que simplemente se narrara lo ocurrido y los
personajes interpretaran sobre ello. Me parece que Changeling es un juego muy
propicio a eso.
A pesar de haberlo jugado poco recomiendo todo el mundo que
lo haga, o que al menos, se lea el manual y se contente con ello como yo hice
durante varios años. Me parece que no sólo da una nueva perspectiva sobre el
rol, sino que cambia por completo el modo de entender las historias.
¡Que rueden los dados!
¡Que rueden los dados!
Aunque soy casi totalmente profano en lo que se refiere a Mundo de Tinieblas, siempre me atrajo Changeling porque lo identificaba precisamente con lo que tú acabas de detallar en el artículo. Por lo mismo también me interesa muchísimo Wraith. Esa temática de luchar contra el desencanto...
ResponderEliminarPues nada, qué decir. A falta de haberlo leído, si es cierto que es tal como lo defines será sin duda mi siguiente compra en cuanto al viejo MdT junto a Wraith, les tengo el ojo echado en Dracotienda (tengo Vampiro y Cazador y están pendientes de llegarme Momia y Demonio). Mago, Hombre Lobo y Orpheus los dejaré para los últimos x'D
Me ha encantado el artículo. ¡Le haré algo de publicidad por Twitter!
Changelling y Wraith me parecieron lecturas estupendas, con un trasfondo y una profundidad apabullantes, pero en ambos casos se me hacen muuuy dificiles de llevar a la mesa.
ResponderEliminarConseguir captar la esencia de estos juegos en una partida me parece dificil y meritorio.
Ciertamente ambos son un poco injugables, pero aun así son muy buenos juegos. Son una lectura apasionante, y quizás, una buena partida ocasional.
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